¡Los Bosques de Laurisilvas!

Laurisilva

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laurisilva es un tipo de bosque subtropical de la Macaronesia formado por especies arbóreas de la familia de las lauráceas, que junto al Fayal-Brezal compone el denominado monteverde. Presenta suelos profundos y es característico de las medianías septentrionales influidas por las brumas de los alisios, carentes de heladas, con precipitaciones de 500 a 1.100 mm y una temperatura media anual de entre 15 y 19 ºC.

Origen

Este bosque se extendía durante el Período Terciario, hace más de 20 millones de años, por una amplia zona de la cuenca del Mediterráneo. Posteriormente, las glaciaciones que tuvieron lugar a finales de dicho período y durante buena parte del Cuaternario fueron desplazando la laurisilva hacia regiones más templadas del sur, donde las condiciones eran más propicias para su supervivencia, asentándose de este modo en el norte de África y en los archipiélagos macaronésicos.

Al concluir las glaciaciones, comenzó la extensión de los desiertos en África septentrional, por lo que este tipo de bosque quedó reducido a aquellas áreas, que actúan como bordes entre la zona templada y la tropical (la Macaronesia). A lo largo de millones de años, este bosque ha sufrido muy pocas transformaciones evolutivas, por lo que es una reliquia viviente de las formaciones vegetales que cubrían gran parte de Europa durante el Terciario.

Actualmente, los bosques de laurisilva se encuentran en los archipiélagos portugueses de Azores y Madeira, así como en el español de Canarias.

Sus mejores representaciones son el bosque de laurisilva de Madeira (Floresta Laurissilva da Ilha da Madeira, en portugués), declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999, el bosque de Garajonay (La Gomera), declarado Parque Nacional en 1981 y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986; el Canal y Los Tilos (La Palma), declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1983, y los Parques Naturales de Anaga y Teno (Tenerife). La isla de Gran Canaria presenta pequeños reductos degradados, sobre todo en el Parque Rural de Doramas, debido a que sus antaño grandes bosques fueron talados en el siglo XIX para conseguir madera con que abastecer a los vapores que recalaban en el Puerto de La Luz y de Las Palmas. La isla canaria de El Hierro también cuenta con algunas zonas de laurisilva.

El único lugar de Europa que cuenta con una zona de laurisilva es el Parque Natural Los Alcornocales, en el extremo meridional de la Península Ibérica.[cita requerida]

Composición y estructura

Está formado por árboles laurifolios de diversas familias, como el loro o laurel (wikispecies:Laurus azorica), el viñátigo (wikispecies:Persea indica), el barbuzano (wikispecies:Apollonias barbujana), el til o tilo (wikispecies:Ocotea foetens), el palo blanco (wikispecies:Picconia excelsa), el mocán (wikispecies:Visnea mocanera), el naranjero salvaje (wikispecies:Ilex perado subsp. Platyphylla), el aderno (wikispecies:Heberdenia excelsa), el madroño (wikispecies:Arbutus canariensis), etc.; algunas lianas, como la gibalbera (wikispecies:Semele androgyna), la hiedra (wikispecies:Hedera helix). Las zarzaparrillas (wikispecies:Smilax sp.), el wikispecies:corregüelón de monte (wikispecies:Convolvulus canariensis); helechos y abundantes hongos, musgos y líquenes, principalmente sobre las ramas de los árboles. Ciertos árboles, como la faya (wikispecies:Myrica faya), el brezo (wikispecies:Erica arborea), el acebiño (wikispecies:Ilex canariensis) y el laurel, tienen amplia distribución en el Monteverde y constituyen, en buena medida, la matriz en la que se intercalan otras especies.

Altitudinalmente puede diferenciarse una comunidad dominante en las laderas de las partes altas, bastante húmedas por la incidencia de las nieblas y la lluvia (Monteverde húmedo), con dominancia de laurel, acebiño y viñátigo; otra de las partes bajas, más secas (Monteverde seco), en la que dominan el madroño, el mocán y el paloblanco; y otra de las cuencas con el suelo muy húmedo (Monteverde hidrofítico), particularmente rica en tiles, viñátigos y naranjeros salvajes. Además, las crestas batidas por el viento muestran, según la humedad de éstos, un Monteverde más bajo, rico en brezos o tejos (wikispecies:Erica scoparia). También penetran en el Monteverde, en general por aclareo, los sauzales de sauce canario (wikispecies:Salis canariensis), de carácter heliófilo, que tiene su óptimo en los barrancos con agua corriente de las medianías.

El fayal-brezal es el típico matorral de sustitución, constituido esencialmente por el brezo, la faya, el acebiño, la torvisca (Daphne gnidium), el follao (wikispecies:Viburnum rigidum) y la helechera (wikispecies:Pteridium aquilinum); se ve favorecido por la destrucción de los bosques naturales y, por lo general, es denso, de talla baja, con arbustos de tallo recto y numerosos rebrotes de tocón propiciados por talas frecuentes.

 


Brillante Foto de Lauráceas de la Isla de Madeira (Agosto 2008)

Autora: Mª del Pilar Page (Compañera de Trabajo)

Madeira se sitúa a 1000 Km de Lisboa. Tiene 57 Km. de largo y 22 Km. de ancho y ocupa un área de 741 Km2. Es la principal isla del Archipiélago, del cual también forman parte Porto Santo y las islas Desertas y su población es aproximadamente 260.000 habitantes.

Funchal, la capital de Madeira, tiene el ritmo cosmopolita propio de los centros urbanos pero al recorrer sus calles, se siente un ambiente familiar y la simpatía de su población.

El clima es ameno y estable a lo largo de todo el año con una temperatura media de 22º C en verano y 16º C en invierno. La combinación de estos factores hace de este local un destino turístico muy solicitado, que llega a recibir anualmente más de 850.000 turistas. Sus visitantes pueden practicar diversas actividades deportivas a lo largo de todo el ano además de paseos a pie por las levadas –senderos paralelos a los canales de agua-. que son una buena opción para apreciar paisajes únicos, cataratas, flora, fauna, etc.

El nombre de Laurisilva se deve al hecho de que este tipo de bosque esté dominado esencialmente por cuatro especies de Lauraceas: el barbusano (Apollonias barbujana), el til (Ocotea foetens), el loureiro (Laurus azorica) e el vinhático (Persea indica). Además cabe destacar el aderno (Heberdenia excelsa), los mocanos (Visnea mocanera y Pittosporum coriaceum), el pau branco (Picconia excelsa) e el sanguinho (Rhamnus glandulosa), que se asocian a arbustos con porte arbóreo tales como el folhado (Clethra arborea) y el perado (Ilex perado). Entre las plantas herbáceas se puede destacar las leitugas (Sonchus sp), los gerânios (Geranium maderense, G. palmatum e G. rubescens), las estreleiras (Argyranthemum sp) y algunas orquídeas endémicas pequenas como la rarísima Goodyera macrophylla.

Los paisajes espectaculares de esta isla es uno de los principales atractivos turísticos ya que nadie queda indiferente a la belleza da su vegetación.

La Laurisilva es un bosque indígena raro de gran importancia científica que es considerada actualmente Patrimonio Natural Mundial de la UNESCO desde diciembre de 1999.

El origen de este bosque se remonta al Terciario, momento en que se extendía por una vasta área del sur de Europa. Durante la última glaciación desapareció prácticamente de todo el continente Europeo. Actualmente, su distribución es reducida apenas a los archipiélagos de la Macaronesia, Madeira, Açores, Canárias y Cabo Verde y a algunos enclaves situados en el sur de la Península Ibérica y Marruecos. Madeira alberga la mayor extensión de este bosque que se encuentra en el mejor estado de conservación. Cubre aproximadamente 22 por ciento del área total de la isla.

La laurisilva se distribuye desde los 300 a los 1300 metros de altitud en la vertiente norte y es más reducida en la vertiente sur donde sólo se encuentra en altitudes elevadas. Desempeña un papel fundamental en la protección del suelo y en la infiltración de agua de lluvia, muy importante para los recursos hídricos de esta isla.


 

Autor de las Fotos: Juanlu González ¡Visita su Página!

http://homepage.mac.com/macduro/PhotoAlbum.html

 

 

 

Hubo árboles antes que hubiera libros, y acaso cuando acaben los libros continúen los árboles. Y tal vez llegue la humanidad a un grado de cultura tal que no necesite ya de libros, pero siempre necesitará de árboles, y entonces abonará los árboles con libros.

Miguel de Unamuno